Apostolado de San Pedro-Julián Eymard
a través del prisma del número 41 de la RV

"Pro Te Viviam" y "Pro Te Moriar" que significan, respectivamente, "Señor, vivo por ti" y "Señor, (moriré) por ti" fueron dichos cautivadores de San Pedro-Julián Eymard. El primero, después de su serie de encuentros con Cristo, y el segundo, en los primeros años de su vida. En resumen, se trata de frases que el P. Eymard pronunció con determinación en su camino hacia la cumbre de la santidad: "el descubrimiento permanente del misterio pascual". La visión que modeló su vida se refleja sobre todo en sus incansables esfuerzos por redactar la constitución de la Congregación.

La Regla de Vida que tenemos ahora tiene los fundamentos necesarios extraídos de la constitución redactada por el fundador formando la base y el límite correspondiente. Su profundo conocimiento y experiencia del misterio pascual no se diluirían. Luego verdaderamente, fue proclamado profeta de la Eucaristía. Por eso, la insistencia en conocer y vivir la Eucaristía como la había vivido el fundador es un imperativo para sus hijos e hijas. Consideraba la Eucaristía como un poderoso medio para la renovación de la Iglesia y la transformación de la sociedad, y también como una respuesta a las hambres profundas de la humanidad. Esto se refleja en su exhortación: sed adoradores y haced adoradores a los demás. Porque es a través de nuestra oración ante el Sacramento como nuestro ministerio adquiere mayor sentido.

Fijar un área específica de nuestras vidas para ser eucarísticos, situar nuestra implicación en el ámbito pastoral de nuestras comunidades forma parte de mi reflexión. Nuestras comunidades nunca serán auténticos cantos si nuestra celebración de la Eucaristía y la adoración no nos abren las puertas para llegar a las personas que están hambrientas de experimentar al Señor Eucaristico en diversos contextos.

Las propias características del número 41 de la RV, a saber, comunidad de fe, comunidad de culto y comunidad de servicio, explican cuál debe ser nuestro enfoque contextualizado. Por lo tanto, de un modo u otro, el reto que se nos plantea en nuestros entornos pastorales en los que están arraigadas nuestras comunidades será una llamada a vivir "no sólo en comunidad", un contexto alejado de las situaciones realistas de la sociedad, sino más bien a implicarnos plenamente en el ámbito pastoral. El modelo de nuestro fundador nos invita a las dinámicas fundamentales que nos guían para buscar y realizar la misión tal y como la concibió el Concilio Vaticano II.

Para ser más concreto, el contexto es ir a buscar a las ovejas, sumergiéndose para hacer frente a las necesidades: las de hambre para la celebración de la Eucaristía en la verdad y el espíritu, la celebración de la adoración, diversas ayudas nominales que se ofrecen a las personas desde el ángulo de la opción por los pobres y etcétera.

El significado de la RV que nos invita a hacer como Eymard, es decir, a considerar atentamente los anhelos y las necesidades de los hombres de nuestro tiempo y a descubrir de qué manera el amor de Dios, hecho presente y celebrado en la Eucaristía, puede hacerse comprensible a los hombres para que ellos mismos puedan llegar a ver que les ofrece una respuesta a las necesidades antes enunciadas. Qué maravilloso sería que ese ministerio se realizara junto con quienes también comparten la misma búsqueda. Se trata de un verdadero seguimiento de los fundadores en fidelidad dinámica.

Vivir para Jesús en la Eucaristía caracterizó su búsqueda de toda la vida para una misión comprometida en la iglesia, cristalizando en su voto de persona, en el don total de sí mismo es simplemente decir, responde a su salto desde "Pro Te Moriar" a "Pro Te Viviam".

Padre Arputharaj Bangar, sss
Comunidad del Noviciado, Goa – India