Como cada año, la ceremonia está precedida de un periodo de preparación. Concluye con una comida compartida. La preparación ha tenido tres etapas: una Novena a San Pedro-Julián Eymard, marchas de peregrinos y peregrinaciones a los lugares de Eymard. La Novena fue dirigida sucesivamente por los hermanos de la Comunidad SSS de La Mure. Fue una oportunidad para que los fieles retomaran algunas de las ricas reflexiones del Padre Eymard, para hacer una lectura crítica de los hábitos de participación en la celebración de la Eucaristía, y para revitalizar el deseo de vivirla y testimoniarla cotidianamente. El inicio de esta Novena coincidió con el lanzamiento del canal YouTube “Centre de Spiritualité Eymard”. En él se puede seguir toda la celebración de la Novena, la marcha de los peregrinos a Monteynard el 3 de agosto y la celebración de la Eucaristía en esta fiesta.
Esta preparación, al igual que esta celebración, tuvo lugar por una vez en medio de marchas de peregrinación y de peregrinaciones a los lugares eymardianos. El Centro Eucarístico Eymard, en colaboración con la parroquia, organizó marchas de peregrinación. Cada una de ellas terminaba con una celebración eucarística. Estos paseos, realizados en diferentes itinerarios alrededor de La Mure, ofrecían a los participantes la oportunidad de familiarizarse con la Palabra de Dios de la misa del día y el pensamiento consecuente del Padre Eymard. Fue una ocasión para que los participantes, en su mayoría veraneantes, se encontraran y conocieran.
La fiesta litúrgica de San Pedro-Julián Eymard, fiesta de la parroquia que lleva su nombre en La Mure, tuvo lugar el domingo 6 de agosto de 2023 en la misa de la Transfiguración del Señor. La misa fue presidida por el Padre Salvi Fiorenzo. La Misa fue concelebrada por los siguientes hermanos: Gabriele Di Nicolo, Superior Provincial de Italia, Barthélemy Kangu, de la República Democrática del Congo, Mihn Dang, de Vietnam, Norbert Pagnier, Aimé Porret y Jean-Pierre Silvant, todos de la Comunidad SSS de Colombier, Francia, los hermanos de la Comunidad SSS de La Mure y el Hermano Luigi Landrini SSS, de Italia, que participó en el servicio como Sacristán. Esta celebración fue también una ocasión para agradecer al Señor por los 25 años de sacerdocio de los hermanos Barthélemy Kangu y Thaddée Mupapa.
El Padre Fiorenzo Salvi, que presidió la Eucaristía, explicó detalladamente el vínculo entre las dos celebraciones: la Transfiguración del Señor y la fiesta de San Pedro-Julián Eymard, destacando tres aspectos tomados de la Palabra de Dios del día: “Este es mi Hijo amado”, “Escuchadle” y “Levantaos y no temáis”.
“Este es mi Hijo amado”. La transfiguración es una garantía del camino que conduce a Cristo. A su muerte en la cruz sigue la resurrección y la glorificación. La verdadera identidad de Jesús se revela a los tres apóstoles. “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”, confirma la voz del Padre. San Pedro Julián Eymard invita así a los cristianos a hacer suya esta experiencia de los apóstoles y, a partir de la Palabra del Padre celestial, a reconocer a Jesucristo como “nuestro soberano legislador y Señor” y a adorarlo como nuestro Dios (cf. PG 25,4).
“Escucharle” es el segundo aspecto. Además de su identidad revelada, Jesús manda a sus apóstoles que le escuchen con fe, que le sigan con confianza en su camino pascual y que compartan su destino. San Pedro-Julián Eymard se hizo eco de esta invitación: Sólo Jesús tiene palabras de vida eterna. Por tanto, debemos escucharle y seguirle como único maestro y modelo (cf. RA 16,4). Escuchar a Jesús significa dejarle actuar en nosotros.
“Levántate y no temas” es el tercer aspecto. En la Transfiguración, Jesús vivo, resucitado y glorioso promete estar con los discípulos, no en una tienda como deseaba Pedro, sino en su don a la comunidad: la Eucaristía. De este modo, cumple su promesa: “Y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Para san Pedro-Julián Eymard, el mayor milagro del glorioso Salvador Jesús es que habita en Dios, escondido en el sagrario día y noche. Esta es la mayor prueba de su amor (cf. PG 147,2).
Por último, el padre Fiorenzo Salvi invitó a los fieles a seguir al Señor para compartir su victoria sobre el mal y su vida eterna, y a hacer suya la transfiguración del Señor, como había indicado el padre Eymard. Se trata de comprometerse sin demora en la obra de la transfiguración: “Es transformarse en Nuestro Señor, compartir sus virtudes, su estado, su gloria” (cf. PS 625,1).
La celebración terminó con una comida fraternal en el salón parroquial de La Mure. Jesucristo, nuestro Legislador y Señor, está presente entre nosotros en la Eucaristía. Se nos invita a transfigurarnos, a cambiar y a dejarle obrar en nosotros para que podamos participar de su gloria. Esta fiesta litúrgica única de San Pedro Julián Eymard reveló, como siempre, nuevas riquezas de la espiritualidad eucarística de este santo de la región de Isère.
Padre Thaddée Mupapa, sss
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