Miércoles, 10 Octubre 2018 09:35

La promoción humana a la luz de la Eucaristía

 

Para conmemorar el 50° aniversario de la Segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano celebrada en 1968 dando origen al documento eclesial “Medellín”, se realizó un Congreso Eclesial del 23-26 de Agosto de 2018 titulado: “Profecía, comunión y participación” en la Ciudad de Medellín- Colombia.

El Congreso tuvo como finalidad reflexionar sobre los avances y los retrocesos de las líneas de acción trazadas por el Documento al ritmo crítico de “ver, juzgar y actuar” desde la perspectiva de las propuestas del Vaticano II en el dinamismo de la relación de la Iglesia con el mundo. Fue un evento calificado como “la llamada de una renovación profética en la Iglesia universal, específicamente en la Iglesia Latinoamérica, partiendo de la necesidad de la conversión para vivir radicalmente el evangelio como cristianos y como exigencia de la misión bautismal”.

Teniendo en cuenta que “Medellín” centró su mirada principalmente en el hombre del continente latinoamericano, abarca todos los aspectos que atañe la realidad vivencial de los pueblos de dicho continente. Dentro de los aspectos fundamentales, se evidencia “la pobreza” como categoría teológica desde sus múltiples dimensiones rescatando lo esencial de la verdadera promoción humana.

La promoción humana es una exigencia de la Eucaristía en todas las dimensiones. Uno de los aspectos de esta promoción se refiere a las acciones concretas que se deben desplegar frente a la pobreza como realidad compleja, abordada y discutida ampliamente en el Congreso. La Eucaristía nos deja el legado de la misión del compromiso social en la solidaridad con los pobres contribuyendo activamente en la verdadera promoción del hombre en todo lo que afecta su dignidad (RV 37).

Como realidad vigente, todavía en América Latina se evidencia la pobreza, como lugar teológico, lo cual requiere un compromiso profético y liberador, ya que la pobreza, al nivel continental se refleja en: lo económico, lo político, lo cultural, lo educativo, lo étnico, lo social, las injusticias etc. Todo ello perjudica el desarrollo integral de las personas como Hijos de Dios. Por tanto, la recepción de “Medellín” no fue inmediata ni del todo serena tal como lo afirmó el Cardenal Porras, arzobispo de Mérida (Venezuela).

Como religiosos SSS, estamos llamados a enfrentar estos desafíos a la luz de la Eucaristía, fuente inagotable de donde analizamos toda la realidad humana. Así la promoción humana ha de ser la línea de nuestra acción en favor del pobre buscando mejorar las condiciones de vida de las personas y elaborar proyectos que tiendan al desarrollo integral del ser humano. Por tanto, el Congreso hizo un llamado a una reforma estructural de la Iglesia, promover el protagonismo de los laicos, una Iglesia comprometida con los pobres “Una Iglesia pobre para los pobres” tal como es deseado por el Papa Francisco.

Urge el compromiso de sostener el camino de una renovación profética desde una verdadera promoción humana a la luz del evangelio de Cristo y de la misión eucarística.

 

Hno. Elibien Joseph, sss
Escolástico de 2° año