Tal como está contemplado en el Calendario litúrgico, el 02 de agosto marca la Fiesta Litúrgica de San Pedro Julián Eymard, fundador de la familia Eymardiana. En varios contextos geográficos la fiesta se realiza en la fecha indicada. Pero en otros, se suele postergarla para el domingo más cercano. Tal fue el caso de la Comunidad de Lima-Parroquia San Cristóbal.
En preparación a dicha fiesta, se ha realizado un Triduo sobre el tema: “Llamados al Cenáculo” con énfasis en las tres (3) dimensiones de nuestra Espiritualidad Eucarística Eymardiana, en sintonía con el mensaje del último Capítulo general, evento congregacional celebrado en noviembre de 2023 desde una perspectiva kairótica y sinodal. Ya que el mensaje constituye el proyecto congregacional para los seis (6) próximos años, basado en una visión pastoral, espiritual y misionera desde la visión integral del misterio de la Eucaristía.
1. El Cenáculo lugar de oración por excelencia
Se inició el Triduo con una reflexión interpelativa, profunda y sobre todo vivencial del Cenáculo como lugar de oración por excelencia, enfocado en la perícopa de Lc 22, 7-12. Fue una oportunidad para vislumbrar el cenáculo como ambiente propio de oración en el actuar del Jesús con los discípulos en la última Cena; esto es el acontecimiento salvífico para los creyentes desde una perspectiva teofánica. La oración es entendida como una experiencia comunicativa entre Jesús en compañía de los discípulos y Dios.
Los participantes han hecho una experiencia contemplativa del misterio del Dios, revelado en Jesús que se hace cercano al hombre, desde el don de Sí mismo para la humanidad con la institución de la Eucaristía. Ha sido un momento oportuno enriquecido por la Palabra, la escucha y la apertura de la gente para sentir y experimentar a Dios en la Eucaristía adorada.
2. El cenáculo: una experiencia de fraternidad
Se consideró como “Premisa” el objetivo de Jesús para proponer una fraternidad universal desde la apertura a la voluntad de Dios en la óptica de Mt 12, 46-50. El hilo conductor del encuentro radica desde el inicio, en un momento orante del texto, seguido por una dinámica grupal destacando la necesidad de una construcción fraterna desde la comunión, la cooperación, la ayuda mutua y la sensibilidad para vivir la caridad fraterna en todo.
Posteriormente se procedió con una exposición orientada por el P. Elibien sobre la importancia de la fraternidad para la Familia Eymardiana, siendo un principio orientador e innegociable.
Fue un momento formativo oportuno para que los participantes pudieran discernir, reflexionar y ver los desafíos de esta dimensión primordial para construir una comunidad parroquial cada vez más fraterna y eucarística – Este fue el compromiso y la conclusión extraídos desde el compartir de la reflexión de varios participantes.
3. El Cenáculo: una auténtica experiencia de comunión con los demás
En último día, se enfatizó en el servicio a partir del “gesto del lavado de los pies” – Signo de humildad con que Jesús inició el mandato del servicio, tarea que debe ser cultivada por los discípulos a lo largo de los tiempos. Fue un momento de reflexión y de interpelación para los participantes en vista de una reflexión para ver cómo se cumple y se responde a esta dimensión servidora desde la apertura, la disponibilidad y la entrega, siendo nosotros discípulos de Jesús en virtud del bautismo. Ya que es un legado de la Eucaristía y expresión del “Don de Si” vivido ampliamente por el Santo fundador.
4. Celebración solemne del Santo Fundador
Después de la vivencia del Triduo, se llevó a cabo la Celebración solemne de la Fiesta del Fundador, el domingo 04 de agosto a las 9:15 am, en Caja Agua, Sede Principal de la Parroquia. La celebración fue presidida por Mons. Jorge Izaguirre, CSC, obispo de la diócesis de Chosica, concelebrada por 3 religiosos sss, otros sacerdotes entre ellos miembros de comuni-dades religiosas, también algunos párrocos de las parroquias vecinas. Además, hubo presencia de las 5 congregaciones presentes en nuestra jurisdicción parroquial: Los escolapios, las hermanas del Evangelio, las hermanas de San José de Carandolet y las hermanas de los Santos nombres.
La exhortación homilética del obispo, centrada en la Liturgia de la Fiesta, y vislumbrada en el Evangelio Jn 6, 56-70, se ahondó en la Eucaristía desde la pasión que tuvo el Santo fundador por el misterio de la Eucaristía.
Él aterrizó a la importancia que el Concilio Vaticano II dio a esta fuente para la vida apostólica y misionera de la Iglesia. De ahí, el obispo nos dejó tres interrogantes: ¿Cómo estamos celebrando la Eucaristía hoy en día? ¿Qué huellas están dejan nuestras celebraciones en la vida del pueblo para su testimonio de fe y de vivencia? ¿Cómo son nuestras reflexiones homiléticas dadas en las Eucaristías?
Fue una celebración muy dinámica, creativa y vivencial, en la que el pueblo manifestó su entusiasmo y satisfacción de vivenciar esta conmemoración tan peculiar en el marco de la Fiesta del Fundador, San Pedro Julián Eymard.
En última instancia, se prolongó la celebración vivida con un brindis y un momento de compartir para las delegaciones de las nueve (9) capillas de la jurisdicción parroquial. Además, se realizó posteriormente un almuerzo en nuestra casa con un buen número de personas como gesto de gratitud a las personas más dedicadas en la preparación de la fiesta.
¡Que Dios nos ilumine por la intercesión de San Pedro Julián Eymard para responder a nuestra misión eucarística en cada en época histórica (RV 3)!
2 de agosto de 2024
Padre Elibien Joseph, sss
Párroco, Comunidad de Lima