Los días 10 y 11 de junio de 2022, la comunidad SSS de Caserta rememoró los 20 años de su presencia en este territorio y en esta diócesis.

Hasta 2011, esta presencia se caracterizaba sobre todo, por su compromiso a nivel social; despues, a petición de la diócesis, se confió a la comunidad la parroquia de San Augusto, la cual en su estructura comprende también la “Tienda de Abraham” para la primera acogida de emigrantes.

Todavía hoy la comunidad está presente en esta parroquia, pero con una novedad: dado que, por diferentes razones, la acogida de emigrantes ya no es necesaria, el último año la comunidad ha acogido en su estructura a una familia iraquí, llegada a Italia a través de los « pasillos humanitarios ».

Recogemos a continuación dos testimonios de los 20 años de presencia de los Religiosos SSS en Caserta.

El camino de las familias….. para ser familia

Cuando el p. Mario me pidió intervenir durante esta jornada para hablar de la presencia de los Religiosos SSS en Caserta, al principio pensé que se había equivocado de persona. ¿Qué podía decir que no viví en esta parroquia y que no formé parte del equipo de la parroquia ? Enseguida, pensé efectivamente en nuestra percepción de lo que es “la parroquia” y de cuánto había cambiado ; así podía -e incluso debía- expresarme sobre cómo nuestras familias han vivido el encuentro con los Religiosos SSS y sobre lo que su presencia aquí en Caserta nos ha aportado y todavía nos aporta.

Con la llegada de los Religiosos SSS a esta parroquia, todos nosotros que nos encontramos en la misa en esta iglesia, hemos desarrollado y cultivado el sentido de pertenencia a esta tierra que es la nuestra, el sentido de compartir, del camino codo con codo, de la de la apertura a las necesidades de nuestro prójimo. Cada domingo, participando en la misa, se nos transmite un maravilloso mensaje : somos una comunidad, debemos crecer juntos…

En segundo lugar, la siguiente etapa : la idea del p. Mario de “los domingos en familia”, una cita a la cual estamos todos llamados a estar simplemente juntos, a compartir la comida de mediodía en la sencillez, después de haber vivido un breve momento de reflexión. Esta idea nos ha gustado, ha madurado y ha llegado a ser un momento donde las diferentes almas de la parroquia se han reencontrado, se han conocido, han compartido sus talentos y sus ideas diferentes. Gracias a estos en estos encuentros todos hemos llegado a ser un poco más “una familia en camino…”

Y la semilla ha dado sus frutos. Hemos querido estos encuentros y hemos comenzado a organizarlos mejor, a trazar un recorrido que da un sentido a nuestro camino, a nuestra voluntad de ser una comunidad que crece hacia el exterior de nuestras pequeñas casas… La semilla que los Religiosos SSS han cultivado en nuestras familias ha germinado gracias también a la diversidad de las almas que han sido acogidas y escuchadas, sin que hayan sido reducidas al silencio u autorizadas. Por eso “las familias” han comenzado a decidirse a crecer : el grupo de los catequistas, los cantores/ músicos, el equipo de Nuestra Señora, la Ginestra, los jóvenes Scout y los menos jóvenes. Todos han llegado a ser una realidad de esta comunidad que ha crecido, alimentada por las diferencias : nadie es mejor que el otro o pasa delante del otro, cada alma de esta familia debe cultivarse sin quebrarla.

¿Qué nos han aportado los Religiosos SSS ? El sentido de una Eucaristía que se encarna en nuestra vida, en nuestra familia ; el sentido de una misión hecha del cotidiano de nuestras vidas, el sentido de una presencia que cuenta porque está atenta a los otros ; el sentido de ser una comunidad que se abre a las necesidades de nuestros vecinos y también a las personas que vienen de lejos.

Arianna

¡Gracias! à la “fraternidad” de Caserta

Es difícil para mí pensar en Giorgio, Mario, Pierangelo [en la foto] como simples sacerdotes SSS. Para mí han sido -y todavía lo son- hermanos, amigos, compañeros de viaje durante todos estos años, nos hemos conocido, nos hemos sostenido los unos con los otros, y aceptados con todas nuestras fragilidades. Hemos compartido momentos inolvidables de oración, de formación, de compromiso civil, de fraternidad, pan y alegría.

Hemos creído y soñado juntos en esta idea de plantar algunos pequeños granos en una Iglesia más flexible en su rigidez estructural, y capaz de apasionarse por el milagro de la Vida en este mundo. A veces entramos en conflicto, como sucede en las mejores familias, manteniendo siempre la confianza de poder volver - todavía más profundamente- a las raíces de la palabra de Jesús de Nazaret.

Hoy, no puedo concebir mi vida sin la presencia y el apoyo de estos amigos discretos acogedores, capaces de escuchar, de ternura y de perdón. Al cabo de estos 20 años, quisiera agradecer de todo corazón a cada uno de vosotros. Gracias por haberme ayudado a reconocer que el Dios de la Vida reside sobre todo en nuestro corazón inquieto, en las periferias de la historia, en las heridas de las personas traicionadas y humilladas por los que se creen todo poderosos. Gracias también porque me habéis ayudado a sentir que el Dios de la Vida es amoroso de nuestra humanidad y viene hacia nosotros cada día a través de las relaciones, de los gestos, de las palabras, de la proximidad de los otros. Gracias por vuestra mirada profética que nos empuja a entrever este Más allá que todos buscamos y que nos indica el sendero que lleva a una Vida plena. Gracias por promover incansablemente la Paz y la Fraternidad. Gracias por vuestra amistad.

Mi deseo, para vosotros y para mí, es continuar caminando con una convicción creciente en el camino indicado por Jesús, desbordante de compasión y de ternura por toda criatura, y a permanecer totalmente confiados que la Vida incluso en las tinieblas más oscuras, nos ayuda siempre a entrever un rayo de Luz. ¿Continuaremos caminando juntos ?

Annamaria

Extracto del Notiziario de 1 de julio de 2022
de la Provincia “Madonna del SS. Sacramento”