“La Habana carece de Historia (...) los más viejos inventan otra historia, mentirosa, como debe ser (...) entre La-Habana-que-no-existe y La-Habana-paraíso-perdido.”
Abilio Estévez
¿Y los últimos Sacramentinos? El 16 de julio quedaron en la residencia de Bejucal los Padres Segundo Urquía y Martín Gorostidi. Ambos con mucho valor. El primero para atender el culto en la propia capilla y el segundo para atender la capellanía y prestar servicios de organista en la Iglesia de Jesús de Miramar.
Un día, cuando el P. Segundo se revestía de los ornamentos sagrados en la sacristía para salir a celebrar misa, se acercó a él un piquete de milicianos y le dijeron: ¿Ud. es Segundo Urquía? Respondió: Sí. Deje todo en la mesa y siga con nosotros. Intentó que le dejaran sacar el Breviario y alguna muda de ropa, pero no le dejaron sacar nada consigo. Siga con nosotros le dijeron. Lo introdujeron en un vehículo y lo llevaron al puerto de La Habana donde se hallaba un trasatlántico, de nacio-nalidad española, listo para zarpar rumbo a España.
El mismo día, por la mañana, el P. Gorostidi tomó una guagua, y se fue a Jesús de Miramar, pues tenía compromiso como organista. Al detenerse la guagua frente al templo de los Padres Capuchinos, otro piquete de milicianos pregunto por Martín Gorostidi. Se identificó y le mandaron subir a un bus. Este bus hizo su correría por La Habana, todo el día, y al anochecer lo condujeron al mismo barco donde, desde la mañana, se encontraba embarcado el P. Segundo. Más de 100 pasajeros, la mayoría sacerdotes y religiosos, entre ellos el Obispo Auxiliar de La Habana, Mons. Boza Masvidal, fueron deportados a España. En la ciudad de Vigo , las autoridades eclesiásticas y civiles les hicieron un gran recibimiento.
Así terminó la historia de la Fundación de La Habana.
Padre Gregorio Urquiola, sss
Bogotá, Colombia, NOTIBIP 76 - Diciembre 2021