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Miércoles, 02 Febrero 2022 11:17

P. Alvaro SSS, 3 de noviembre de 2021 30 años de Ordenación Sacerdotal

Es un tiempo de gracia celebrar 30 años al servicio de la Iglesia en la Congregación del Santísimo Sacramento. Son tantas las experiencias, en medio de diferentes “sismos” (cambios de lugar, de misión), he vivido este servicio a pesar de mi indignidad, como lo recuerda San Pedro Julián Eymard.

Este camino tiene su inicio en la ciudad de Bogotá recién ordenado sacerdote en el barrio de la Paz al sur de la ciudad, durante cuatro años, acompañando esta zona pobre sabiendo leer el hambre de las personas, sintiendo la satisfacción por el deber cumplido.

Junto a este camino agrego el tesón del P. Lucinio Martin Herrero SSS, quien acompaño las comunidades de la Fiscala, el Danubio Azul, la Paz, los Molinos 1 y 2 y Diana Turbay, todas ubicadas en el sur de la ciudad de Bogotá. Con la ayuda de agentes pastorales con especial entrega de donde salieron mis padrinos de votos perpetuos, la Sr. Carmen y don Manuel. En el Danubio, fue mi ordenación diaconal y mi ordenación sacerdotal en la parroquia Corpus Cristi. Mi primera eucaristía, en la ya recién capilla del barrio la Paz y luego en la parroquia de San Joaquín de las Ferias, de gratos recuerdos para mí, con esta parroquia y la comunidad vocacional sacramentina.

Luego empiezan 9 años intensos de promoción vocacional de Norte a Sur de Colombia. Recorriendo el Santander, Boyacá, Los llanos orientales, Nunchia y Tamara del departamento del Casanare, Antioquia, y algunas zonas indígenas con las Lauritas Misioneras en el Rio Magdalena en los límites con Mompós, son diferentes experiencias de misión, con comunidades religiosas, y la Arquidiócesis de Medellín, Manizales, Popayán, Cali de Pereira y Armenia. Desde luego algunos encuentros de la Congregación como el Capítulo General del año 93 en Roma, son experiencias singulares de celebración en mi vida de la mano del intercambio y luego en 2005 dentro del marco del 33° Capitulo General en Lyon, Francia, en donde he podido participar en Eucarísticas con el tinte intercultural de hermanos de los 5 continentes, siendo experiencia de regalo para mi vida sacerdotal. Entre ellas una Eucaristía en el Santuario de la Medalla Milagrosa con unos hermanos Pbros. de Senegal, Irlanda, Vietnam, Brasil, Filipinas y quien escribe. Fue un verdadero pentecostés en donde cada uno compartió su experiencia con la Virgen María y su significado en su vida personal, congregacional y de presbíteros. Fue un regalo para mi inmerecido de tantos que me ha hecho el Señor.

AlvaroA nivel de la Congregación he sentido mucho la partida de hermanos de Congregación, como el Pbro. Martin Goicochea SSS, el P. Segundo Urquía SSS, Luciano Olea SSS y ahora José Miguel Larrañaga SSS y el P. Antonio Odriozola SSS, e igualmente la partida del Hermano Leónidas Belanger SSS, verdadero testimonio de fraternidad, humildad, sencillez, pobreza y desprendimiento único de sus orígenes y querer tener la voluntad de querer morir aquí en el Perú. De hecho, El y el Pbro. Miguel Parets son dos hermanos que llenan de Santidad el actual santuario de San Martin de la Diócesis de Chosica.

En Perú del 2000 al 2009, fue un periodo misionero de promoción y animación vocacional por las tierras de Junín, Huánuco, Huancayo y Oxapampa, lugares en donde tuve respectivas misiones. Mis 4 años como acompañante del teologado con el especial acento intercultural con hermanos de Colombia, Brasil, Argentina y Chile han tenido su eco particular en mi vida sacerdotal y diferentes misiones eucarísticas que pude acompañar hasta el 2014. Se me pidió liderar la parroquia de Nuestra Señora de Loreto en Medellín, caracterizada por la animación de pequeñas comunidades en los cerca de 9 sectores que con el liderazgo del P. Lucinio Martin, mi formador y acompañante de camino en varios lugares de misión y el énfasis particular que se le dio a la dimensión evangelizadora, sacramental, social y litúrgica de Medellín.

En el 2018 regreso a Lima a vivir aquí en Canto Chico con el P. Camilo Gagnon y el diacono Julián Cano. En este tiempo de pandemia del Covid 19, doy gracias al Señor por mi ministerio que se ha visto cada día más fortalecido con bendiciones increíbles que han permitido en la virtualidad y la presencialidad una mejor pastoral de equipos de evangelización en el aspecto sacramental, Catequesis familiar con 3 núcleos de trabajo e igualmente en Confirmación, y significativos equipos de emergencia humanitaria con un naciente voluntariado juvenil para las 9 comunidades, desde luego la religiosidad popular con el Señor de los Milagros y San Martin de Porres. Mi opción creo clara por los pobres, a la pastoral juvenil y proyecto misión de la Congregación forma parte de estos 30 años de servicio sacerdotal y mis cerca de 40 años de servicio en la Congregación.

Doy gracias a Dios por todos los hermanos que han confiado en mi intento de vivir con humildad cada paso que me ha pedido el Señor en mi vida que han sido pequeños sismos interiores en donde cada cambio me ha demandado rupturas y elaboración del duelo respectivo y re adaptarme a cada comunidad Sacramentina. Atentamente.

NOTIBIP 76 - Diciembre 2021

Padre Álvaro Humberto Vásquez Sarmiento, sss
Parroco Iglesia San Pablo, Lima, Perú

Modificado por última vez en Miércoles, 02 Febrero 2022 11:21