Jueves, 08 Octubre 2020 09:41

Una breve reflexión sobre la Misión de la Congregación a la luz de la Regla de Vida no. 3

Aprovechando el contexto de la Iglesia en salida del Papa Francisco y atentos a las interpelaciones de la misión SSS, pretendo hacer una breve reflexión fundamentada en tres (3) ejes: 1 - El discipulado; 2 - La promoción humana y 3 - Una nueva visión de mundo a la luz de la Eucaristía.

1 - El discipulado

La misión de la Iglesia universal es siempre la misma: anunciar la buena noticia de la salvación de Dios a todas las naciones (cf. Mt 28,19-20). El encuentro con Jesucristo, por el bautismo, involucra a todos en la Iglesia. Esto implica que cada bautizado asume su protagonismo en la misión profética. Cada época histórica requiere nuevos paradigmas en el quehacer eclesial, nuevas visiones y acciones concretas fundamentadas en los valores del Evangelio. Los magisterios de los últimos Papas fueron muy atentos a este ardor misionero. Juan Pablo II propuso a la Iglesia un “renovado compromiso misionero” y se percibe este celo misionero, aún con mayor fuerza, en Francisco.

Ser discípulo implica dejarse cautivar por el Maestro y, para la Congregación, por Jesús Eucaristía, comprendiendo, profundizando, viviendo y transmitiendo la misión eucarística heredada, acorde con el contexto. La vida fraterna es nuestra primera misión, partiendo del cenáculo como lugar de comunión, de armonía y de vida evangélica. El Misterio Pascual es centro de la vida SSS y posteriormente empieza la misión fuera del ambiente litúrgico.

2 - La promoción humana

El P. Eymard buscó “dar respuesta al ansia de los hombres, a partir de las riquezas del amor de Dios manifestadas en la Eucaristía” (RV 3). Incorporados en la misión universal de la Iglesia, la congregación continúa viviendo, alimentándose y transmitiendo la misma misión heredada del fundador, con nuevos desafíos y en la Iglesia post-conciliar, desde una nueva visión de mundo que requiere la creatividad pastoral y la inculturación de la fe.

El mundo de hoy se caracteriza por la revolución tecnológica, la inestabilidad social y la cultura consumista. La Iglesia se siente interpelada ante tantos desafíos en la Evangelización. Desde esta óptica, la misión SSS apunta a un gran compromiso social extraído de la vivencia de la Eucaristía (cf. RV 37).

La Congregación del Santísimo Sacramento es la primera orden religiosa, la primera de todas, y debe tener la más bella misión, a saber: todo aquello que se tiene de miserable, de más vicioso, todo. Piensan que cuando nosotros los llamamos marginalizados, no podemos ir más abajo. Nosotros tenemos que imitar a Jesús en su misión de acoger a los pobres y marginalizados. Yo les digo a ustedes, aunque no somos suficientemente numerosos aún, ahí está nuestra misión ya encontrada. (cf. PS 381,2; XVI,283)

3 - Una nueva visión de mundo a la luz de la Eucaristía

Toda la familia eymardiana presente en distintos contextos geográficos busca cumplir una única misión que inicia con la acogida, la promoción de la dignidad humana, la colaboración efectiva con los más pobres y miserables y abarca todos los retos de cada época histórica. Cabe preguntarnos: ¿Cómo se expresa esta bella misión evangelizadora más allá de los ambientes litúrgicos? ¿Existe realmente empatía en nuestra relación con los pobres? ¿Somos acogedores de los mismos? ¿Cómo fortalecer los recursos necesarios y los valores del compartir y de la solidaridad con los más vulnerables? ¿Qué obras sociales revelan nuestra contribución específica a la luz de la Eucaristía?

Esta visión requiere proyectos comunes fundamentados en la espiritualidad de la Congregación para contribuir de forma peculiar a las Iglesias particulares, desde las necesidades de este mundo llamado a vivir los valores del Evangelio y de la Eucaristía. Una misión específica que implica dinamismo, creatividad e incluso cambio de mentalidad, realidad evidenciada en las interpelaciones y desafíos de este tiempo pandémico que vive el mundo actual.

¡Ojalá que el mes misionero sea realmente un tiempo de gracia (Kairós) para reflexionar profundamente y ver cómo hacer de nuestra misión eucarística un arte de vivir!

 21 de Septiembre de 2020

 

Diácono Elibien Joseph, sss