Lunes, 10 Septiembre 2018 08:33

Ordenación diaconal

de Maphuc, sss

 

El domingo por la mañana, 26 /8/2018, en la Iglesia de Khiet Tam, Thu Duc, con ocasión de la celebración anticipada de la Fiesta de San Agustín, Patrono de la Casa del Escolasticado en Vietnam, 8 religiosos SSS, tras años de vida y estudio en la Congregación de los SSS, se comprometen ahora al servicio de Dios y de su pueblo, recibiendo por la imposición de manos del obispo Michael Hoang Duc Anh, la consagración diaconal. Aquí tienen la lista de nuestros hermanos:

  1. John Van Bon Nguyen, sss
  2. Lawrence Ba Chien Hoang, sss
  3. Joseph Danh Dung Nguyen, sss
  4. Francis X. Duc Phan, sss
  5. Joseph Cong Hai Pham, sss
  6. Ignatius M. Quoc Hung Nguyen, sss
  7. Anthony Quoc Huy Dang, sss
  8. Peter Ngoc Khoi Tran, sss

Por la mañana temprano, un día lluvioso no preocupaba a los concernidos por este importante evento; parecía como si los dones de Dios se derramaban sobre cada candidato, sobre los participantes, así como sobre la Provincia vietnamita. Sin tener en cuenta la ligera lluvia, muchos participantes llegaban: religiosos SSS y sacerdotes, amigos, benefactores y las familias de los diáconos. El gozo y la felicidad se vislumbraban claramente en sus rostros mientras entraban a celebrar el sagrado misterio.

En su homilía, el obispo Michael indicaba dos elementos significativos, uno para la comunidad que asistía, otro para los nuevos ordenados. Para los fieles subrayó el elemento vital de su unión con Jesucristo. La Iglesia es el Cuerpo Místico de Dios. Para los nuevos ordenados, les recordó que además de servir el altar y al pueblo de Dios, los diáconos están invitados a predicar la Palabra de Dios no solamente proclamándola sino por su manera de vivir en comunidad, especialmente en el contexto social vietnamita.

A través de los ritos de ordenación, los Diáconos representan al diácono Jesucristo de una manera sacramental, aportando a nuestro mundo el amor de Dios. No son ni sustitutos del párroco ni trabajadores sociales, son más bien pioneros de una nueva civilización del amor, se convierten en los que, voluntariamente, entregan el don de sí mismos como su Fundador que imitó a Jesucristo en la Eucaristía.

Rogamos por nuestros nuevos ordenados para que gocen de buena salud y descubran lo que Dios les da para que así puedan, valiente y gozosamente, ir por todas partes a predicar el gozo del Evangelio, participando en la Cena del Cordero y sirviendo a los que son pobres. Rogamos también para que sean los diáconos que la Iglesia necesita, los diáconos que el Rvmo Dr. Anthony Fisher op, indicaba: “Necesitamos diáconos, hombres con los pies en la tierra (humildes), pero hombres pendientes del cielo (espirituales), hombres con los pies en el suelo pero conscientes de la llamada de Dios transmitida por su Iglesia.”