Lunes, 22 Enero 2018 15:39

5 de febrero de 1811 - Bautismo de Pedro Julián Eymard

di Admin

 
El día después de su nacimiento, Pedro Julián Eymard fue bautizado en la iglesia de su ciudad de natal, La Mure d'Isere, Francia. La iglesia ahora se conoce como la Capilla de San Pedro Julián Eymard. (Doc 1, NR 44, 21, V.I, 5, T. 5)

Más tarde, en su meditación en febrero de 1865, el padre Eymard dice:

He meditado sobre la gracia gratuita y totalmente misericordiosa del santo bautismo que recibí. He contemplado lo que es: una recreación en Nuestro Señor Jesucristo, una segunda vida en Jesucristo, pero en Jesús crucifi cado. Los que os habéis bautizado [en Cristo] os habéis revestido de Cristo [Gal 3,27].

- Los que son de Cristo Jesús, han crucifi cado la carne con sus pasiones y sus apetencias [Ga 5,24].

- Con Cristo sepultados por el bautismo en la muerte [cf. Rm 6,4].

- Si alguno no odia hasta su propia vida, no puede ser discípulo mío [Lc 14,26].

Así, ese es el carácter de la segunda generación: la separación del mundo, la crucifi xión, la guerra, la muerte continua.

He contemplado las gracias que han constituido la dote de mi bautismo, inmensas:

- esa fi liación divina.

- miembro de Jesucristo, hijo de la Iglesia, hermano de los santos,

- derecho a la gracia, a la gloria de Jesucristo.

Lo que me ha hecho llorar, es considerar mis tres vocaciones, a la vida piadosa, sacerdotal y religiosa. Mi corazón ha roto con la vida de mi primera infancia. La vanidad me ha culpabilizado, la vanidad me ha corregido. ¡Qué buena y admirable ha sido la Providencia conmigo! ¡Es un milagro continuo! (NR 44,21)

Mientras estaba en Lyon, en su carta a su hermana Marie-Anne en la fiesta de Santa Águeda, el 5 de febrero de 1846, el padre Eymard dice:

Mis queridas hermanas, no puedo resistir hoy, las ganas de escribiros unas letras. He rezado mucho a Dios por vosotras, por nuestro padre, nuestra madre, por mi padrino. ¡Adivináis por qué! Es un día tan hermoso para mí, es el día más hermoso de mi vida; en un día como hoy cuando tuve la dicha de ser bautizado. […] Te debo mucho, querida madrina, por toda la vigilancia que has ejercido conmigo durante mi juventud, y por todas esas prácticas de piedad que me sugeríais. Hoy todo ese periodo de mis años jóvenes me viene a la mente de manera especial y veo en ello una gracia grande. […]¡Oh!, ¡Qué tiempo aquel!, amaba a Dios más que ahora. (CO 68; II, 113) 

 

Oración

 

Oh Señor, le diste a San Pedro Julián Eymard
un profundo sentido de gratitud por el regalo de su Bautismo.
Él lo vio como el comienzo de una vida llena de gracia.
Por su intercesión podemos descubrirlo que nos has llamado
a seren el momento de nuestro propio bautismo
Concédenos la gracia de vivir nuestra vocación cristiana
en 
fidelidad creativa a su llamada.